martes, 17 de marzo de 2009

LOS EDUCADORES ANTE EL BULLYING Y LAS NUEVAS TEGNOLOGIAS

La Wipipedia define el Bullying como cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado. Estadísticamente, el tipo de violencia dominante es el emocional y se da mayoritariamente en el aula y patio de los centros escolares, aunque también (cada vez en mayor medida), a través de la telefonía móvil e internet.
El ser humano siempre ha sabido sacar provecho de los adelantos tecnológicos. Aunque, a veces, no sabemos hacer buen uso de ellos. Tal es el caso del acoso que se da particularmente a través del uso de telefonía y de Internet. Sabemos que los adolescentes no solo se sienten extremamente atraídos por todo lo relacionado con la tecnología, sino que además se desenvuelven con ella a la perfección. Así es que los jóvenes con una personalidad agresora poseen otros medios, además de los "tradicionales", para perturbar a sus compañeros.

El Ciberacoso ó Ciber-bullying es (como el tradicional), una agresión psicológica, sostenida y repetida en el tiempo, perpetrada por uno o varios individuos contra, por lo general contra un solo individuo, utilizando, en este caso, para ello las nuevas tecnologías.
El ciberacoso produce un efecto devastador en sus víctimas, socavando su bienestar e invadiendo espacios muy necesarios para el bienestar del agredido como su descanso, su tiempo de estudio ó sus relaciones sociales. Normalmente los episodios de ciberacoso suelen estar ligados a situaciones de acoso en la vida real y de acoso escolar. Si nos referimos a las formas en las que se produce el ciberacoso, éstas se pueden producir de muy diferentes maneras aunque se suelen dar unas pautas comunes:

- Correos electrónicos o mensajes desagradables o amenazantes.
- Publicar postings, fotos o videos desagradables en un perfil, una página web o en una sala de Chat.
- Suplantación de identidad a la hora de decir cosas desagradables, en un foro de mensajes, en una sala de Chat, etc.

Por lo tanto podemos afirmar que, el objetivo de la práctica del acoso escolar es intentar intimidar, someter ó amedrentar, emocional e intelectualmente, a la víctima, con vistas a obtener algún resultado favorable para quienes acosan tendente a satisfacer una necesidad imperiosa de dominar, someter ó destruir a los acosados.

Esta es la situación que podemos encontrarnos los educadores antes, durante y posteriormente al acoso teniendo que decidir cuál es la mejor manera de aproximarnos al problema y en lo posible intentar solucionarlo.
Pero antes de decir el tipo de actuación debemos llevar a cabo creo que hay varias cuestiones a tratar que dejo abiertas al debate.

1.- ¿Qué es mejor actuar o no hacerlo?

Creo que siempre es mejor actuar que la dejadez ó esperar a que las soluciones nos lleguen por gracia divina. La inacción es un error que nos llevaría a la que la situación se enquiste y el problema se haga mayor que si lo hubiésemos atajado en un primer estadio.
2.- Una vez decidido que hemos de actuar ¿Cómo detectamos el ciberacoso?

Con el Ciber-bullying tenemos varios problemas añadidos al ya complicado de un caso de acoso, que es el uso de la tecnología, aunque como he mencionado anteriormente los episodios de ciberacoso suelen estar ligados a situaciones de acoso en la vida real y de acoso escolar, por lo tanto deberemos, en principio, estar atentos a las mismas pautas del acoso tradicional. En el medio escolar se podrían dar los siguientes indicadores de que un alumno está siendo acosado:
- Absentismo escolar frecuente.
- Descensoso en el rendimiento escolar.
- Apatía, abatimiento, tristeza.
- Alumno que no es escogido para trabajo de grupo.
- Soledad, ausencia de relaciones en el colegio.
- Murmullos, risas por lo bajo, cuando un alumno entra en clase o contesta a una pregunta.
- Viene con golpes o heridas del recreo.
- Casi siempre sale de casa con el tiempo justo, o sale el último o el primero de la clase para no coincidir con los agresores.
- Se pone nervioso al participar en clase.
- Conflictos frecuentes con los mismos compañeros.

Los indicadores para el educador de que un alumno es un acosador escolar, serían:

- Falta de cumplimiento de las normas de la clase.
- Burlarse de los demás cuando intervienen en clase.
- Comportamiento agresivo.
- Prepotentes y dominantes con sus compañeros de clase.
-No asumir la responsabilidad de su conducta, ni pedir perdón cuando ha actuado mal.
- Enorgullecerse de su conducta agresiva.

A estos sistemas le tenemos que añadir que por definición el ciberacoso se produce o en el ciberespacio o a través de teléfonos móviles, creando un problema añadido a los educadores.

¿Hasta qué punto conocemos las nuevas tecnologías y hasta donde estamos legitimados para invadir la intimidad de los acosados y acosadores?

A la primera cuestión creo que siendo sinceros cualquier adolescente esta mucho más preparado que nosotros para el manejo de las nuevas tecnologías, sobre todo de internet y sus redes sociales.

Son la primera generación digital y como tal aceptan los numerosos cambios si ningún problema, dedican, por lo general, más tiempo a la red que nosotros y por último se relacionan a través de la red de una forma natural, en cambio nosotros, en comparación, lo hacemos de forma torpe y antinatural ya que no nuestra forma natural de interrelacionarnos, por lo que siempre iremos detrás de ellos en conocimientos y en uso, por lo que deberemos reciclarnos en nuestras nociones de forma continua para que la brecha digital no sea insalvable.

Y por último, ¿cómo educadores tenemos legitimidad para observar, leer, seguir o simplemente espiar lo que los acosados o acosadores escriben en los foros, blogs, mail etc...? Desde mi punto de vista no tenemos ni legitimidad ni derecho, a no ser que queramos convertimos los educadores en un sucedáneo del 1984 de George Orwell. La responsabilidad de ese seguimiento debe ser exclusiva de los padres o tutores, siendo los educadores un actor secundario aunque fundamental en la prevención de estas conductas.

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